Bitácora para lúcidos

miércoles, agosto 04, 2010

Buscando un espacio para publicar

Por David Álvarez Martín.

En el año 1996 publiqué unos tres artículos sobre el tema de los derechos de la mujer en el periódico Listín Diario. Fue mi bautismo en este oficio de opinar en la prensa. No continué en el Listín porque el Director de ese momento no me ofreció un espacio regular y desde El Siglo me plantearon si tenía interés en escribir semanalmente. Acepté con una mezcla de mucha ingenuidad y mayor motivación, pero no me arrepiento del camino recorrido. Estuve en El Siglo hasta su cierre, precisamente el día que murió Juan Bosch Gaviño. Ese mismo día Ferrán, director de ese entonces de El Caribe, me recibió con los brazos abiertos hasta que hace un mes me anunciaron que por motivo de la disminución de espacio iban a prescindir de la mayor parte de los articulistas. Me moví hacia Clave Digital y en seguida Fausto Rosario me ofreció espacio en su versión digital, y luego de 4 artículos semanales recibo un email de parte de él anunciándonos a los articulistas del cierre de Clave Digital y su versión impresa de los jueves. No es motivo de orgullo de mi parte que esté presente en el cierre de dos grandes medios dominicanos como El Siglo y Clave Digital, todos perdemos con la desaparición de periódicos de tanta calidad.
Por el momento he decidido revivir este blog que precisamente tiene el nombre de la columna de Clave Digital: Bitácora para Lúcidos. Prometo solemnemente publicar un artículo cada lunes y a veces durante la semana publicar trabajos de amigos y temas que me interesan. Quizás sea la forma adecuada de opinar en estos tiempos.

viernes, abril 14, 2006

Bit�cora para l�cidos

Bit�cora para l�cidos

Martes 18 de abril del 2006

La pregunta de quiénes somos demanda una respuesta que trascienda cualquier argumento que no pueda fundarse objetivamente. No niego la validez de explorar todas las formas de explicar ésta o cualquier otra cuestión, pero la honestidad de una averiguación radical demanda encontrar, sin dejar de dudar de su posible provisionalidad, una respuesta allende creencias o suposiciones. ¿Quiénes somos? Cada uno es resultado de la integración biológica de un hombre y una mujer (cuando la clonación se generalice será otro problema), de un ovulo y un espermatozoide, con independencia de que sean a quienes llamamos padre o madre.
Los dos seres humanos que brindaron su material genético para formarnos son resultado de un proceso similar, por tanto, allende nuestra inmediata conformación, somos resultado de una inconmensurable cadena de uniones genéticas que se remontan al surgimiento de nuestra especie y, tras de ella, de las especies de donde evolucionamos hasta el mismo surgimiento de la vida, fuera en nuestro planeta, o procedente de otras partes del universo, o ambas a la vez.
Abiertos a todas las posibles conquistas de la ciencia en el futuro, es innegable que cada uno de nosotros es resultado, en último término, de un modo particular de lo que llamamos vida y por evolución de dicha realidad existimos como parte de una forma particular, eso que llamamos homo sapiens, y dentro de esa especie somos cada uno un individuo con las particularidades de un largo proceso de mezcla de características de miles y miles de uniones de hombres y mujeres que nos precedieron.
Constituidos como la individualidad que somos, el dato biológico nos brinda posibilidades que hasta el momento no conocemos en ninguna otra especie de ser viviente, somos los únicos conscientes de nosotros mismos y nuestro entorno, capaces de aprender hasta niveles muy complejos de abstracción, experimentamos fenómenos como la esperanza, las creencias y la sensibilidad estética, vivimos con sentimientos y emociones. Coronamos esa gran riqueza genética con la razón como espacio de sentido a la capacidad consciente de que estamos dotados. Por ultimo, fruto justamente de esas dotes propio de nuestra especie, miramos hacia delante y tenemos a la muerte, la de cada uno de nosotros, como limite absoluto.
Esta es nuestra plataforma para cualquier ulterior divagación acerca de nosotros mismos como individuos o especie. Incluso quienes consideran la existencia de factores allende la naturaleza biológica, lo hacen por y desde su realidad biológica.